Son muchas las películas que se encuentran en esta situación, sobre todo los grandes clásicos de la historia del cine. En momentos donde muchos actores y actrices ascienden al pedestal de la fama más como resultado de buenas campañas de marketing que de sus propias dotes interpretativas, resulta agradable volver a los orígenes del arte cinematográfico donde, sin el apoyo de sofisticados efectos especiales, los intérpretes y directores se la jugaban ante las cámaras.En este ciclo veremos eso, actores que llenan la pantalla, que literalmente se comen la cámara, y directores que se atreven con guiones en los que la carencia tecnológica debía ser suplida con imaginación y excelentes intérpretes.
Tres buenas tardes de cine para estas Navidad.
Os esperamos en el salón de la biblioteca a las 18 horas.
Lunes 28: Gilda, dirigida por Charles Vidor e interpretada por Rita Hayworth.
Martes 29: La noche de los muertos vivientes, dirigida por George A. Romero.
Miércoles 30: ¡Qué bello es vivir!, interpretada por James Stewart y Donna Reed.