Este año se cumple el 800 aniversario del nacimiento de dos de nuestros más importantes intelectuales, Ibn Sabín y al-Riquti. De ellos sabemos muy poco y esta es una oportunidad de conocer a estos antepasados que contribuyeron de forma fundamental a inscribir el nombre de nuestro pueblo en la historia de la ciencia y el pensamiento. Su importancia es tal que hubo que esperar más de 500 años a tener otra mente de un nivel intelectual semejante, Sancho de Llamas.
Ibn Sabín estuvo considerado por sus seguidores como el más sabio y santo de los mortales. Para la historia de Ricote representa una de las más ilustres y destacadas personalidades del mundo del penamiento y la cultura que ha salido de este valle. Hijo de una familia acomodada, desde su nacimiento se crió en una tierra que en los últimos tres siglos había vivido en paz, volcada en el trabajo de su tierra y la cultura. Fue estimado por el emperador medieval del Sacro Imperio Romano Germánico Federico II de Hohenstaufen; al tiempo que enseñó su sabiduría en zonas tan alejadas como Ceuta y La Meca; siendo citado incluso como autoridad por un Papa de Roma. La sabiduría de Ibn Sabín ha llegado a la actualidad gracias a las traducciones que de sus libros se han realizado en los último años. Se considera la figura de Ibn Sabín a la altura de sus contemporáneos al-Riquti e al-Arabi.
Información
procedente de: